

Las ciudades romanas

A la llegada de los romanos ya existían en la Península núcleos de población importantes creados por los colonizadores griegos y fenicios como Cartago Nova (Cartagena), Gades (Cádiz) o Hispalls (Sevilla), todos ellos construidos sin ningún tipo de urbanismo determinado.
Roma añadió a estas ciudades un foro y la serie de edificios propios de sus urbes. Entre estas últimas destacaron Tarraco (Tarragona), en la provincia Tarraconesa, Itálica (cerca de Sevilla), en la provincia Bética, y en la provincia de Lusitania, su gran capital, Emerita Augusta (Mérida).
La ciudad de Tarraco
Fuente: tarragonaturisme
Tarraco
La ciudad de Tarraco tuvo especial importancia desde el punto de vista arquitectónico. Era la capital de la provincia Tarraconense, creada por los Escipiones, un poblado indígena que en el siglo II d. C. llegó a alcanzar los 30.000 habitantes, un número muy elevado para aquella época. Esta ciudad se levantaba a lo largo de un desnivel de unos 70 metros desde lo más alto de la ciudad hasta lo más bajo. A lo largo de este desnivel se colocaron dos grandes terrazas: la más alta, constituida por una espaciosa plaza con un gran templo en su centro, y la baja, también a modo de amplia plaza porticada con estatuas e inscripciones honoríficas referidas a Augusto.

Ruinas en la ciudad de Tarragona
Fuente: tarragonaturisme.cat

Catedral de Tarragona construida encima del templo de Augusto
Fuente: viajeroturismo.com
Itálica
La ciudad de Itálica en la provincia Bética fue cuna de los emperadores Trajano y Adriano, siendo este quien la reformó y amplió en el siglo II. En esta reforma se aplicó a la ciudad el urbanismo romano, constituyendo aceras poticadas y amplias calzadas.
Itálica se convirtió en una ciudad residencial donde se sitúa la sede del patriarcado hispano, y de ella se conservan numerosas ruinas, destacando de su anfiteatro y sus termas. El anfiteatro de Italica presenta una capacidad de 25.000 espectadores, y era considerado uno de los mayores anfiteatros del imperio con tres niveles de graderío.
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Anfiteatro de Itálica, Sevilla
Fuente: Sevilla misterios y leyendas
Emerita Augusta

La ciudad de Emerita Augusta era considerada como la undécima ciudad en importancia de todo el imperio romano. En ella se desarrolló una importante vida cultural y comercial. Destacaron sus edificios para espectáculos entre los que sobresalen el teatro, el anfiteatro y el circo.
Mérida contó con dos grandes acueductos, hoy conservados de forma parcial, uno del siglo I, el de San Lázaro, y otro del siglo II, el de los Milagros, ambos con grandes arcos de medio punto realizados con alternancia de opus (piedra) y later (ladrillo).
Teatro romano, Mérida
Fuente: Nationalgeographic